EQUILIBRIUM


Durante los últimos años el cine de acción y ciencia ficción en general se ha ido «sofisticando» tanto en lo estético como en la espectacularidad de las escenas de acción pura y dura. Eso no lo hace mejor ni peor que el anterior. Algunos elementos permanecerán o seguirán evolucionando (las peleas, persecuciones y escenas similares) y otros pasarán (la estética Matrix que ya empieza a cansar).

Equilibrium es la ópera prima de Kurt Wimmer que para cuando se estrene (si eso ocurre algún día) posiblemente ya haya terminado Ultraviolet, su nueva película. Se trata de una historia situada en una sociedad totalitaria, liderada por el Padre, en la que los sentimientos están penados por la ley incluso con la muerte. Christian Bale da vida a un Clérigo, un agente especial cuyo fin es perseguir a aquellos que quebrantan la ley conservando libros, cuadros, música o cualquier tipo de manifestación artística y por tanto fruto de los sentimientos. Bale es implacable hasta que un día se queda sin la droga que todo ciudadano se administra para anular sus sentimientos. En ese momento empieza a sentir y a dudar del sistema del que forma parte y para el que ha estado trabajando.

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La película no es ninguna obra maestra, pero teniendo en cuenta que es una ópera prima y que toma como referentes directos libros como Un Mundo Feliz o 1984 y películas como Fahrenheit 451 y Matrix la cosa tiene un buen resultado. Muchos podrán echarle en cara el hecho de heredar precisamente esa estética tan sobria y moderniqui, al igual que muchas otras después, pero a parte de que es mucho más discreta en ese aspecto (se trata de una sociedad uniformada y sin gente dando la nota con cuero pegado al culo o gafas de sol) hay que decir que es una película de 2002 y por tanto, con el éxito de Mátrix muy reciente, antes de que pegase el bajón con las secuelas y de que saliesen imitadores de debajo de las piedras. La historia por el contrario es mucho más sencilla y menos pretenciosa, sin que por ello sea menos apasionante.

Wimmer, que también escribe el guión, consigue una dirección ágil y aprovecha de forma excelente los 20 millones de dólares de presupuesto que tiene la película, bajo para lo habitual en Hollywood y literalmente una mierda para una película de acción futurista (lo normal suele ser de 50 para arriba). Lo que más se le puede reprochar es no haber creado unos personajes, que sin estar mal, podrían haber dado mucho más juego y habrían convertido la película en un título indispensable. El más trabajado es el de Preston (Christian Bale), que pasa de ser un poste de teléfonos a una persona normal, el resto son mucho más esquemáticos pero se salvan gracias a un reparto de lujo.

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Efectivamente no hay más que leer que actores están en la película para que se nos pongan los dientes largos. Bale, como siempre, estupendo y los secundarios geniales. Sean Bean, Emily Watson y Angus Macfayden, puros actores británicos, consiguen sacar petróleo de un grano de arena. William Fitchner nos recuerda que es un buen actor y que vale para algo más que para hacer de sieso en las pelis de Michael Bay y Taye Diggs, que tiene un papel de Clérigo y por tanto de poste de teléfonos, consigue parecer presuntuoso y ambicioso sin que por ello dejemos de creer que es un cabrón sin sentimientos.

Las escenas de acción tiene como base una especie de arte marcial moderno llamado Gun Kata, invención del propio director, donde se aplican técnicas de la lucha cuerpo a cuerpo al uso de las armas de fuego y que aumentan la eficiencia del luchador en un 64% (dato que todo friki zampabollos almacenará al instante) con un resultado muy espectacular. Estas secuencias son bastante excesivas y por eso están racionadas de forma que la película no se convierta en una «peli de hostias», dos o tres escenas breves durante la peli para soltar la gran traca en el final, donde tiene que ser.

A pesar de algunos defectillos que ya he dicho, como unos personajes a medio exprimir o un presupuesto muy aprovechado pero corto, la película se está convirtiendo en un título de culto debido en gran parte a su mala o nula distribución en todo el mundo. Es de esas películas que muchos quieren ver pero no consiguen hacerlo, lo que hace que cada día que pasa sea un título más ansiado. Así que el día que podáis os recomiendo que vayáis al cine a verla u os la alquiléis, será un dinero bien gastado.

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