OCHENTEROS EN EL OLVIDO


Seguro que muchas veces os habéis preguntado ¿qué fue de tal actor?. Al menos yo lo he hecho varias veces, y es que hay infinidad de actores que en su momento incluso gozaron de una fama y gloria casi inalcanzable y que de repente, nada, desaparecieron (o descendieron a segunda). En los 80, que es cuando yo nací, había una generación de actores que llegó a gozar de gran fama pero de los cuales muchos quedaron en el camino.

El primer ejemplo de este extraño fenómeno que se me viene a la cabeza es el de Rob Lowe. Seguro que si hoy preguntamos a cualquier chica menor de 15 años si sabe quién es esa persona, no tendrá ni puñetera idea de quien le estamos hablando. Sin embargo cualquier chica mayor de 25 años tendrá una imagen grabada en su recuerdo con la cara de ese actor. Lo de las chicas no lo digo a la ligera, ya que el amigo Lowe en su día era de los que ponía todo perraca a la mayoría de chicas jóvenes. Protagonizaba portadas de revistas juveniles, llenaba salas de cine y era uno de los reyes del videoclub. Pero Lowe no llegó ahí por casualidad, era un guaperillas curtido en pasarelas y en algo de teatro, estudió incluso con Sean Penn y Emilio Estevez y el tito Francis Ford Coppola lo reclutó para Rebeldes. Así empezó su ascenso a la fama, haciendo papeles de ligón en películas más bien mediocres (St. Elmo Punto de Encuentro, Hotel New Hampshire son sus mejores películas y no son nada del otro jueves).

Posiblemente su carrera haya ido tan mal por su pésima elección de proyectos, pero sobre todo porque en 1988 se publicó una cinta en la que hacía guarrerías con una menor. Estos famosos es lo que tienen, que enseguida se van de fiestas, alcohol, sexo y drogas (como en el Real Madrid) y al final se pierden. Luego hizo un telefilme horrendo en 1990 llamado Si el Zapato Ajusta, una versión ochentera y hortera de la cenicienta, donde daba vida a un diseñador del que se enamora otra desaparecida, la insoportable Jennifer Grey (la chica de Dirty Dancing). En los últimos años Rob Lowe ha participado en la serie El Ala Oeste, en películas de videoclub, telefilmes variados y algún secundario de poco peso en el cine (todos le recordamos tras el tacto rectal de Wayne’s World 2).

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Pelito ochentero.
Otro de los que está missing es Patrick Swayze. Este actor también comenzó su carrera en el cine en Rebeldes, de Coppola. Hay que decir que ha tenido mejor trayectoria que Lowe, no mucho mejor, pero si que cuenta con algunas películas más o menos destacables. Por ejemplo Swayze protagonizó Ghost, la película más lacrimógena de 1990 y sin duda la cima de su carrera como actor, además también tiene títulos muy dignos como Le Llaman Bodhi o A Wang Foo, ¡Gracias por Todo, Julie Newmar!. Eso no significa que en su carrera tenga títulos pésimos como De Profesión Duro (Patrick trabaja de matón bueno en un bareto country) o Black Dog que junto con su habitual cara de hormigón armado y su peinado mullet han contribuido a que caiga en el olvido. Este actor protagonizó otro de sus éxitos con la dichosa Jennifer Grey, Dirty Dancing (película ultrañoña en la que un humilde profesor de baile saca de la rutina a la niña de papá a través del baile). En los últimos años ha hecho películas de poca importancia a excepción de su genial telepredicador de Donnie Darko. Pronto se le verá en un papelillo en Dirty Dancing 2, triste, pero cierto.
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Mullet Swayze y Jennifer Grey.
Ya que hemos nombrado a Emilio Estévez antes, pues vamos con él, que hace mucho que no se le ve el pelo. Se trata del hermano pequeño de Charlie Sheen e hijo de Martin Sheen, y también comenzó en Rebeldes, de Coppola, lo cual haría pensar que esa peli es más un estigma más que otra cosa, pero en ella se inició Tom Cruise, que no es precisamente un mindundi. Estévez también fue una estrella, de menor calado, eso sí, en los 80, siempre a la sombra de su hermano, pero que hizo películas curiosas como Línea Mortal, El Club de los Cinco o Los Jueces de la Noche. Pero entonces hizo Somos los Mejores (secuelas incluidas), una de esas comedias deportivas infantiles que no hay quien se trague, y cayó en el olvido. Al menos este hombre tiene inquietudes y últimamente ha desarrollado su faceta como director haciendo películas independientes con bastante acierto aunque sin que nadie se entere demasiado.
Cambiando de tercio podemos recordar al mítico Rutger Hauer, que más que en el olvido se ha caído en una pocilga. Este hombre se inició en el cine en los 70 junto con el polémico director Paul Verhoeven (que siempre me ha gustado) con el que empezó a coger notoriedad en películas como Delicias Turcas o Katty Tippel. Entonces le llegó la gloria en USA al ser el replicante Roy Batty de Blade Runner y posteriormente un autoestopista pelín peligroso en Carretera al Infierno. Otros títulos como Lady Halcón, Los Señores del Acero o Night Hawks han hecho de él una leyenda ochentera. Después de aquello, en los 90 empezó a hacer pelis a destajo, daba igual lo que le ofreciesen (generalmente truñacos bien gordos), él lo hacía y así acabó siendo uno de esos actores indispensables en la balda del fondo de todo videoclub patatero junto con otras viejas glorias y pseudoactores como Michael Ironside, Ice T, Don «The Dragon» Wilson, Mark Dacascos, Michael Dudikoff y similares. Habrá que tener fe en que Tarantino haga con él algún día uno de sus famosos «te saco de la mierda» y le devuelva al lugar que merece. Al menos tendrá un pequeño papel en Batman Begins, lo cual ya es algo a tener en cuenta.
Y qué decir de los Coreys (Feldman y Haim). Ambos fueron dos de los actores teenagers de los 80. Corey Feldman es el más importante actor adolescente de esta época con películas como Los Gremlins, Los Goonies, Cuenta Conmigo o Jóvenes Ocultos. Lo malo de empezar a edades tan tempranas es que uno comienza a drogarse antes y con 15 años puede estar en fiestorros donde la cocaína abunda tanto como los panchitos y las lonchas de mortadela. Ahora, nada menos que el español Eugenio Mira lo rescata en The Birthday, película de la que podéis ver el trailer en la sección Media.
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Los Coreys.
La lista podría alargarse con muchos más nombres como Lou Diamon Philips, Don Johnson, Craig T. Nelson y muchos más que han ido quedando en el camino.
En fin, paqué.
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Una respuesta a OCHENTEROS EN EL OLVIDO

  1. Manu D dijo:

    A mí también me ha gustado mucho siempre Paul Verhoeven. Es un bestiajo y un sincero de mucho cuidado. Showgirls, con lo mal que la pusieron, es cachonda a morir, y Starship Troopers es sencillamente genial, y no me prguntéis por qué, pero lo es.

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