DREAMSHIP SURPRISE – PERIODE 1


Desde que el cine cuenta con películas emblemáticas siempre ha habido alguien interesarlo en parodiarlas. Suele ser por lo general una buena forma de reírnos también de la seriedad que hay en torno a algunos clásicos y a la vez de conseguir un producto rentable. El caso de Periode 1 es un claro ejemplo.

La película es una parodia de títulos como Star Trek, Star Wars, El Quinto Elemento y Regreso al Futuro, donde tres locas del espacio, líderes de la tripulación del Dreamship Surprise (una nave con forma de pene al estilo «flauta y platillos»), serán las encargadas de salvar a la Tierra del ataque de humanos procedentes de Marte, donde han estado desde que se colonizó el planeta hace 300 años. La misión consiste en ir atrás en el tiempo y evitar la llegada de un OVNI que sería, con el tiempo, la causa de la colonización del planeta rojo. Si cumplen con la misión, a parte de salvar la Tierra, podrán participar en el certamen Miss Waikiki del espacio.

La historia es absurda, pero no siempre graciosa, que es justo lo que se pretende en esta clase de películas. El problema es precisamente tirar del estereotipo de gay ultraamanerado que puede que en su día tuviese gracia, pero que hoy desquicia a cualquiera. Así que tenemos a los protagonistas haciendo morritos, meneando la mano, cantando chorradas sin gracia y cosas similares que supuestamente tienen que hacer gracia.

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Por suerte no todo es eso. La película tiene algún buen momento gracias a las referencias a las películas que parodia y a los personajes de Til Schweiger (Knocking on Heavens Door, King Arthur) y Anja Kling, ambos una especie de caricatura de Bruce Willis en El Quinto Elemento y Natalie Portman en Star Wars respectivamente. De hecho una de las escenas más graciosas es cuando Schweiger se hace pasar por sí mismo cuando viajan en el tiempo.

Pero bueno, eso no salva una película que hace que nos acordemos de Mel Brooks y su Loca Guerra de las Galaxias echándola en falta.

El director, guionista, actor principal y productor de la cinta, Michael Herbig, ha sido comparado aquí con Santiago Segura por esa múltiple implicación en una película destinada a hacer dinero (cosa que en su país ha hecho a espuertas), pero al margen de eso cualquier parecido es pura coincidencia, ni su papel ni su aspecto tienen nada que ver con los elementos que generalmente caracterizan a Segura en sus películas. Hay que decir de hecho, que salvo algún momento puntual, su personaje es el más insoportable de toda la película, realmente me sacó de mis casillas esa actitud ñoña moñas.

En el apartado técnico es donde la película no tiene pega ninguna, está realmente bien hecha, un presupuesto de 9 millones de euros que parecen 70. Naves espaciales que parecen salidas de Starship Troopers, el taxi espacial que se convierte en algo similar a las vainas de carreras de Star Wars, las ciudades futuristas, todo, muy creíble y bien hecho.

No sé si llegará a estrenarse en España pero desde luego es un título totalmente prescindible que quizás pueda gustar a aquellos seguidores de la ciencia ficción que quieran reírse un poco de sus clásicos. Pero eso sí, que sepan que hay que ir con el chip de la risa tonta puesto porque si no uno puede salirse del cine a los 10 minutos de empezar.

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