ALTA TENSIÓN


Entre el público adolescente generalmente siempre ha funcionado la fórmula «serial killer + víctimas adolescentes de buen ver». Alexandre Aja y Luc Besson (coproduce la película con su compañía Europa Corp.) lo saben y nos han hecho una película que explota esa fórmula tirando más por la línea del gore y el suspense que por la de «tengo 17 años, estoy tremenda y me van a matar». De hecho sólo hay dos actrices veinteañeras, las dos protagonistas, que salvo unas discretas escenas al comienzo de la película, no hace precisamente uso de sus encantos para atraer al público juvenil.

La película cuenta la historia de un par de amigas, Marie y Alex, que van a la casa de campo de los padres de la segunda. Marie es una chica que no termina de aceptar su disimulada atracción por Alex y la segunda es una chica bastante desinhibida que acostumbra a ligar con chicos ya «ocupados». La misma noche que llegan a la casa de los padres de Alex y cuando todos duermen, llama a la puerta un extraño que resulta ser el tipo más sanguinario que yo haya visto en el cine en los últimos años. Un auténtico psicópata en la piel de un chapuzas grasiento y maloliente que siempre lleva una costrosa gorra ocultando sus ojos.

La película es de las que juega con la música (muy correcta y a ratos más que original) y con los trucos de toda la vida (el espejo del armario del baño que te da un susto al cerrarse, por nombrar uno) desde el principio. Incluso el grasiento y resollante maníaco lleva una oxidada y vieja furgoneta que recuerda al camión de El Diablo Sobre Ruedas o al más reciente de Jeppers Creepers.

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La primera mitad de la película es estupenda. Transcurre únicamente en la casa y mantiene al espectador tenso pero sin sustos de infarto. Es la mejor parte de la película. La siguiente mitad se desarrolla ya fuera de la casa, parte en una gasolinera y el resto en la carretera y en el bosque.

Lo cierto es que la película mantiene un estupendo tono durante todo el rato aunque va decayendo en el último tercio, en el que Aja no puede evitar meter el giro de guión que explica muchas cosas y que ya se adivina al comienzo si uno anda avispado, de hecho resuelve la idea original de la película, pero a su vez deja muchas otras en el aire. Es el problema que se da siempre en estos casos, decidir entre dejar cosas sin explicación que parecen sacadas de la manga o bien explicarlas y quitarle a la película parte de su gracia.

En cualquier caso es una película que se disfruta si no se va con muchas exigencias, tensa en todo momento, divertida incluso de lo puro sádico de las imágenes, que no se cortan a la hora de llenar la pantalla de sangre y muñones variados. La película no pretende engañar a nadie, la cosa es que a uno le gusten o no los sustos y las carnicerías. Personalmente nunca me han entusiasmado esta clase de películas con asesino persiguiendo a las víctimas sin aparente motivo, pero debo decir que en este caso me he divertido.

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